El término agencia de comunicación está más de moda que nunca, el concepto que tenemos ahora de este lugar dista muchísimo del de hace apenas una década. Ser un periodista de agencia siempre fue como ser un periodista de segunda o un profesional indefinido con un pie en el ámbito publicitario -los publicity se llamaban en EEUU- y otro en el de la comunicación -pocas, o niguna vez, en el del periodismo-. Ahora ya no. Ser de agencia hoy en día tiene una connotación especial.
Los tiempos cambian, los nuestros a velocidad de vértigo. La agencia de comunicación ya no es ese lugar en el que los contactos son determinantes y conseguir una página 7 es el reto del mes, seguido muy de cerca por 1 segundo en el telediario nacional… ese lugar ya no es el mismo.
La agencia de comunicación ya no es solamente una oficina de prensa
La agencia de comunicación ya no vive solo y exclusivamente de su oficina de prensa. Los contenidos son ahora el rey y los canales corporativos -las redes sociales- se postulan como medios en los que montarse para dar la vuelta al mundo con un tema propio de un cliente, escrito por periodistas que han elegido este lugar de la comunicación, en busca de una carta blanca en la creatividad y el impacto, como si de un columnista documentado se tratase.
Nada es para siempre. Tampoco lo será el contenido, cierto. Pero lo importante es saber desplegar y recoger velas tan pronto advierta el viento de la información, para poder seguir haciendo lo que nos gusta: contar cosas.
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